Atención, frustración y planificación
¿Puede tener TDAH un niño de 4 años que no para quieto y que le cuesta estar concentrado?
No siempre que se observen dificultades atencionales o un exceso de actividad motora es sinónimo de TDAH. De manera similar, el que un niño se frustre con facilidad no es necesariamente un indicativo de TDAH.
¿Es pronto preguntarse si tiene TDAH con 4 años? ¿Y con 6 años?
Sí, es importante comprender que antes de los 7 años, la escasa atención y alta actividad motora son características típicas del desarrollo evolutivo, es decir, es común que un niño de 4 años prefiera actividades que impliquen movimiento y que tenga dificultad para concentrarse en tareas que no le resulten motivadoras. Sin embargo, el TDAH no surge a los 7 años, sino que es un trastorno del neurodesarrollo que está presente desde nuestro nacimiento y se manifiesta gradualmente a través de diferentes situaciones y contextos. Por tanto, es fundamental esperar hasta los 7 años para realizar un diagnóstico clínico preciso, especialmente si estas dificultades atencionales y motoras persisten o aumentan, afectando al desarrollo cognitivo, social y personal del niño.
Sí no tiene diagnóstico de TDAH, ¿es recomendable estimular su atención, planificación y ayudarle a mejorar su gestión emocional?
¡Por supuesto que sí! Independientemente del diagnóstico, si el niño está mostrando dificultades en:
- Colegio (dificultad para completar las tareas escolares, requiere constantemente revisión, numerosos conflictos con sus compañeros, escasa o nula organización y responsabilidad respecto a su material escolar...)
- Casa (frustración cuando se le niega algo, reacciona arrojando objetos o dando golpes, desinterés por pintar o realizar tareas que requieren estar sentado, frecuentemente olvida dónde deja sus pertenencias, necesita recordatorios constantes sobre sus responsabilidades...).
- Amigos (se enfada con facilidad, empuja, no se disculpa cuando es necesario, se muestra descontento cuando percibe situaciones como injustas...).
Si estas situaciones y conductas son repetitivas y están obstaculizando su desarrollo, no es recomendable posponer la intervención. Mediante estas conductas, el niño está expresando su necesidad de apoyo, ya que no posee las habilidades necesarias para poder comunicarlo de otra forma. Por lo tanto, es esencial proporcionarle herramientas para que pueda hacer frente a estos contextos de manera efectiva.
Actualidad
En la actualidad, vivimos en un entorno caracterizado por la inmediatez, la rapidez, la tecnología, la multitarea y el cambio constante. Los niños se desarrollan en un entorno en el que resulta cada vez más difícil esperar un tiempo para obtener lo que desean, debido a servicios como Amazon Prime y otros que facilitan la adquisición de productos mucho más rápido que hace unos años. La tecnología y el uso de las redes sociales están contribuyendo a que nuestro cerebro se adapte a un tipo de atención más selectiva, breve y orientada a la multitarea. Este estilo de desarrollo está provocando un cambio en nuestros procesos de aprendizaje, por lo que cada vez se hace más necesario trabajar de manera específica la capacidad de atención y la gestión de la frustración.
¿Cómo trabajamos?
Estos aspectos son trabajados de manera concreta a través de retos, materiales y juegos de mesa.